Historia
de un sueño
”Lo
que imaginamos es lo que llegamos a ser”, “Aprende a convertir toda situación
difícil en una arma para luchar”, “Piensa menos en tus problemas y más en tu
trabajo”, son quizás algunas de las reflexiones que pueden encajar al momento
de adentrarnos en la historia del Bulli.
”Lo
que imaginamos es lo que llegamos a ser”, Hans y Marketta Schilling personajes que
iniciaron la historia del Bulli, en un inicio, soñaron en convertir el
“chiringuito” en el mejor restaurante del mundo, un sueño que les costó varios años, varias décadas, en hacerlo realidad. Varias fueron las
transiciones que tuvo que pasar el Bulli para ser lo que fue. De los fiambres que se
servían en el “bar del alemán”, a la
primera carta, pasando por la alta cocina francesa de Jean – Louis
Neichel, quien les valdría la primera estrella Michelin, sin olvidarse
del “salvador del Bulli” Juli Soler, y llegando a la mediterranizacion de la
carta por acción del joven Ferrán Adria. Fueron muchos los traspiés, para que
ese sueño pudiese cumplirse.
“Aprende
a convertir toda situación difícil en una arma para luchar”, todas las
transiciones del Bulli, llevaron consigo momentos de crisis, momentos de
decisiones difíciles, como la de aquel
invierno de 1986, que les llevo a cerrar durante esa época del año, o la crisis
económica en la que siempre vivió el bulli, “el Bulli nunca fue rentable –
Ferrán Adria”, quizás de estos momentos difíciles que vivieron cada uno de los cocineros que en su momento estuvieron en
el restaurante, es que vieron la oportunidad de brillar en el mundo de la
restauración como Ferrán Adria, que probablemente al ver el bulli sumido en una
crisis económica, es que dio inicio a su “revolución” bajo el lema del chef
francés Jacques Maximin “crear es no copiar”, introduciendo la cocina
mediterránea a la carta del Bulli, carta que por años había seguido una
influencia de la “nouvelle cuisine”. Adria, empieza a interesarse por los
ingredientes, respetando y valorizando ingredientes autóctonos “los productos
son buenos porque son buenos, no porque cuestan – Ferrán Adria”.
“Piensa
menos en tus problemas y más en tu trabajo”, Ferrán Adria, un trabajador
contumaz, un investigador por
naturaleza, un personaje que a pesar de la crisis económica, de la falta
de clientes (dos clientes un sábado por
la noche), a pesar de eso, su perseverancia, lo llevaba a trabajar, a encerrarse en un cuarto, mientras
su brigada atendía el salón, buscando
nuevas combinaciones de ingredientes, nuevas formas de servir y hacer comida,
dando como resultado, a inicios de los 90`s, un cambio en la forma del servir
un plato, es decir, integrando todos los
elementos de un plato (guarnición,
salsa, carne) en un solo elemento. Todo aquel trabajo de años, todos los
días de búsqueda, investigación
constante, le dan en 1990 su segunda
estrella Michelin, reconocimiento, más que merecido para todo el conjunto del
Bulli.
Toda
esta fascinante historia tiene un elemento importante a considerar, el trabajo
en equipo. Detrás de Juli Soler, Ferrán Adria, la Marketta, existía, existe, un
equipo de trabajo, una familia como dice uno de sus ex brigadistas, que hacía
que el trabajo en el Bulli fuese una necesidad de estar ahí y no solo de estar
por el pago, quizás el fenómeno Bulli, vaya más allá de los Adrià, de los Schilling,
quizás el fenómeno Bulli tenga que ver con cosas más allá de lo gastronómico.